La Fundación Ressa, a través del proyecto Raíces de Barrio, busca rehabilitar viviendas para mejorar la calidad de vida de personas aisladas.
José M., de 89 años, baja con ayuda de una banqueta de metal los cuatro pisos de escaleras que separan su apartamento de la calle. “Tengo una insuficiencia cardíaca que no me deja subir las escaleras”, cuenta, antes de revelar una sensación que le acompaña desde hace años: se siente enjaulado en su hogar.