Durante las décadas de los años 60 y 70 en España se construyeron un elevado número de viviendas en bloque con más de tres alturas que carecían de ascensor. En aquel momento, la mayoría de los usuarios de aquellas viviendas eran personas jóvenes que no tenían impedimento en subir las escaleras, pero los años han pasado y a día de hoy, nos encontramos con la tremenda realidad, que más de un millón de personas no han podido salir de sus casas durante el último año.
Actualmente, existen más de 400.000 edificios en España con tres o más plantas sin ascensor, la mayoría habitados por personas de edad avanzada que viven solas, y que solo pueden acceder a sus viviendas mediante las escaleras. Lo cual les supone un grave problema de movilidad y les afecta enormemente a su calidad de vida, hasta el punto de dificultar actividades cotidianas tan simples como comprar el pan.
Además de que diferentes estudios reflejan que el valor de una vivienda se incrementaría en más de un 30% si contara con un sistema de elevación, se hace necesario el cumplimiento del Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social, así como la norma UNE 170001-2 y el compromiso social con la igualdad de derechos y oportunidades de todas las personas con discapacidad o movilidad reducida.
La Accesibilidad Universal se convierte en una pieza clave para el desarrollo igualitario de las personas, independientemente de su capacidad.Los elevadores son una solución integral para la movilidad, que garantiza a todas las personas, de cualquier edad o condición física, una mejora en su calidad de vida. La libertad de movimiento comienza en el propio hogar y de ahí se proyecta a todas partes.
Las leyes existen, lo que falta es el cumplimiento. El cambio de mentalidad en los españoles se está produciendo ya, asumiendo que el envejecimiento es una etapa vital más de la que hay que disfrutar.